Primera Partida de Alfonso X el Sabio, 1550
Las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio constituyen un verdadero código legal, quizá el de mayor amplitud y trascendencia en toda la historia de las leyes de nuestro país, además de su importancia en la historia de la literatura española.
Desde los primeros tiempos de la imprenta se han hecho muchas ediciones de la obra. Ésta se imprimió en Lyon por Mathias Bonhome con glosa de Alonso Díaz de Montalvo, a costa de los libreros españoles Alonso Gómez y Enrique Toti, de acuerdo a la edición de Venecia de 1528. Cada Partida tiene su propia portada, la de la Primera y la de la Cuarta a dos tintas. En todas figura un grabado de motivo arquitectónico y el escudo imperial, ambos xilográficos. Los datos de impresor y editor constan en los colofones, figurando asimismo la marca tipográfica de Alonso Gómez y la de Enrique Toti, ésta en la última hoja.
En la Biblioteca de la Universidad Carlos III se conservan las Siete Partidas en dos volúmenes, procedentes del desaparecido Instituto de Ciencias Jurídicas del CSIC. Presentan un buen estado y están encuadernados en pergamino. Aquí se presenta solamente la Primera Partida.
La labor legislativa de Alfonso X el Sabio fue muy amplia, a él se le deben muchas importantes leyes como el Fuero Real o las Siete Partidas. La importancia de estas leyes es extraordinaria incluso en épocas posteriores.
En cuanto a las Siete Partidas, cuyo título original fue Libro de las Leyes o Fuero de las Leyes, son un código legal al que podemos calificar como monumento jurídico, quizás el de mayor amplitud y trascendencia en toda la historia de la leyes de nuestro país, ya que constituyen un código territorial de carácter general sin distinción de territorios, más allá de los innumerables fueros municipales fruto de la repoblación castellana. Aunque al publicarse las Partidas no tienen fuerza legal porque Alfonso X no las sanciona, en 1348 sí que lo hace Alfonso XI para introducirlas en el orden de prelación de fuentes del Derecho castellano, llegando su autoridad legal incluso al siglo XIX. Muy importante es también el peso literario de la obra, escrita en un castellano puro en el que abundan las frases hechas.
La importancia de esta obra se refleja en las ediciones que se han hecho de ella, hasta 20, comenzando en 1491 con la que se imprimió en Sevilla por Ungut y Polono. Las siete primeras ediciones, entre las que se encuentra la que comentamos, se hicieron con arreglo al jurisconsulto del siglo XV Alonso Díaz de Montalvo, y se les ha atribuido errores y defectos en la impresión. Esta edición de 1550 se hizo en Lyon, en la imprenta de Matias Bonhome, a costa de dos libreros españoles: el sevillano Alonso Gómez y el salmantino Enrique Toti y sigue la edición de Venecia de 1528, editada a expensas de Luca Antonio de Junta, que según dice hizo revisar y cotejar las Partidas con los verdaderos originales. Cada Partida tiene su propia portada, la de la Primera y la de la Cuarta a dos tintas. En todas figura un grabado de motivo arquitectónico y el escudo imperial, ambos xilográficos. Los datos de impresor y editor constan en los colofones, figurando asimismo la marca tipográfica de Alonso Gómez y la de Enrique Toti.
En la Biblioteca de la Universidad Carlos III se conservan las Siete Partidas en dos volúmenes, procedentes del desaparecido Instituto de Ciencias Jurídicas del CSIC. Presentan un buen estado y están encuadernados en pergamino. Aquí se presenta solamente la Primera Partida.