Carta segunda de tres …, sobre los dos Pleytos…, 1650

La negativa de las Órdenes Religiosas a pagar el diezmo para el sustento del clero diocesano y el rechazo a solicitar licencias para predicar y confesar fueron ambos los quebraderos de cabeza de Juan Palafox y Mendoza como obispo de Puebla de los Ángeles. Esta carta se enmarca en este contexto adverso, de lucha abierta con la Compañía de Jesús por el asunto de los diezmos “que ellos –afirma nuestro Beato- tienen contra mi Iglesia” y en su convencimiento personal de que dicho pleito “no debo abandonarlo” (p. 13). Al no hacerlo, se ganó la enemistad de parte del clero y provocó la escisión de un grupo de ellos, conocidos con el nombre de “conservadores”. El climax se alcanzó cuando estos últimos declararon como ‘sede vacante’ al Obispado, oponiéndose explícitamente a la autoridad de su representante, como regulaba el Concilio de Trento. Entretanto Juan de Palafox les instó a someterse a dicha autoridad “que la primera cosa, que debiera hacer estos Conservadores, para obrar, segun las Reglas, (aun quando fuessen legitimos) era el presentar sus Bulas, Comissiones, y el respeto al Ordinario” (p.42). Las circunstancias llevaron a Palafox a poner en manos del Papa la decisión de lo que debía hacerse con relación a cuatro cuestiones fundamentales, mencionadas por este orden, a modo de preguntas: “si el obispo puede mandar a los Jesuitas, que mostrassen las licencias, que se jactaban tenian para confessar … si atendida su desobediencia, acompañada de detestables violencias incurrieron en la excomunion … si tenian derecho para considerar como una injuria … si los autos de los supuestos conservadores tuvieron alguna fuerza contra el Obispo y su Vicario General” (pp. 91-92). Ya indicábamos que el asunto terminó con el informe de Inocencio X, fechado el 14 de mayo de 1648, por el que se ordenaba a los jesuitas respetar la jurisdicción episcopal. Sin embargo, con el tiempo, consiguieron el traslado de Palafox a España en 1653, muriendo en Osma pocos años después. Su proceso de beatificación culminó en 2011, tras un largo proceso iniciado a fines del siglo XVII.

La obra vio la luz en Sevilla en el taller de Francisco de Lyra. Procedente de Lisboa, este impresor se afincó en dicha localidad, desarrollando una actividad profesional continuada por espacio de cuarenta años (1611 a 1650). Conoció momentos difíciles, en especial cuando su empresa fue inspeccionada por el Santo Oficio en 1641. El libro que presentamos debió ser, pues, uno de los últimos trabajos salido de sus prensas. Por lo que respecta a la edición, éstas son sus principales características tipográficas: letra romana; formato en octavo; pliegos A-F⁸ [$₂ (-A₁) signados]; filete en cabeza de la p.3; texto dispuesto en base de lámpara en p. 94; portadilla con el título de la obra y reclamos en cada página.

Por último, el ejemplar descrito, conservado en los Servicios Centrales de la Biblioteca Universitaria de la Universidad Rey Juan Carlos, procede de la biblioteca particular del notario D. Juan Francisco Delgado de Miguel, donado a esta Institución por sus herederos en abril de 2008. La portadilla, con anotación manuscrita en tinta azul con el siguiente texto: “completa y revisada”. Va encuadernado en pergamino con cierres y se advierten manchas de humedad y huellas de insectos que no afectan al texto.