Q. Horacio Flacco … sus obras, 1599
La primera traducción al castellano de la obra completa del poeta latino Horacio se la debemos al doctor en teología Juan Villén de Biedma. Fue impresa en Granada en 1599 por Sebastián de Mena y costeada por el librero Juan Díaz (o Díez). La obra consta de dos partes, cada una con su propia portada, editadas en un único volumen. Los extensos comentarios, que incluyen la traducción literal en prosa, se distribuyen en dos columnas alrededor de los versos latinos que, en caracteres itálicos, se sitúan en el centro de la página y cuenta también con apostillas marginales. Según una anotación en el colofón, este ejemplar perteneció al Conde de Torrepalma.
Los textos del poeta latino Quinto Horacio Flaco han llegado completos hasta nuestros días, si bien los manuscritos más antiguos que se conservan datan de la Alta Edad Media. La primera traducción al castellano de su obra completa se la debemos a Juan Villén de Biedma y se publicó en Granada en 1599 (las aprobaciones y el privilegio tienen fecha de 1595). Esta cuidada edición in folio incluye el texto latino en verso acompañado de su traducción literal en prosa y extensos comentarios a los que el propio Villén de Biedma se refiere como “declaración magistral”. Está dedicada a Francisco González de Heredia “Secretario del Rey Filipo II y III” y su escudo aparece dos veces a toda página. No se volvió a reeditar pero alcanzó gran difusión y se conservan en la actualidad numerosos ejemplares. Fue impresa por Sebastián de Mena y costeada por el librero Juan Díaz (o Díez como aparece en el pie de imprenta).
Conocemos pocos datos del tipógrafo Sebastián de Mena. Su padre Hugo de Mena se había establecido en Granada hacia 1551 procedente de París y unos años después regentaba ya su propia imprenta. Sebastián se hizo cargo del taller en 1593 pero desde 1608 figura su viuda en la portada de algunos impresos. En la marca tipográfica, que aparece en las dos portadas y en la última página, vemos un águila volando sobre una villa y una costa montañosa y en el cielo una filacteria con el lema “RENOVABITVR VT AQVILA IVVENTVS TVA”, todo dentro de un marco ovalado que sujetan cuatro putti. Los dos de arriba portan una corona de laurel.
Juan Díaz fue un importante mercader de libros que trabajó en Granada entre 1561 y 1602, llegando a alcanzar una buena posición social y económica en la ciudad. Sus actividades comerciales eran muy variadas pero la principal fue siempre el negocio del libro. Viajaba periódicamente a las ferias importantes como la de Medina del Campo y proveía de libros a otros pequeños libreros.
Nuestro ejemplar perteneció al Conde de Torrepalma, según una anotación en el colofón. Los sucesivos condes fueron reuniendo una importante biblioteca por lo que no podemos precisar a quien corresponden dichas marcas de propiedad aunque, por el tipo de escritura, probablemente pertenezcan a Pedro Verdugo de Albornoz y Ursúa (1657-1720) segundo conde de Torrepalma. En el verso de la portada figura una firma de difícil lectura de otro propietario que no hemos podido identificar.